A sus 41 años, Patricio se ve y suena satisfecho con la vida. Dice “vivir en una paz que pretendo extender hasta el final”. A 18 años del accidente que lo tuvo otros diez luchando por salir adelante, puede decir con humildad que fue un episodio que le permitió conocer “cosas nuevas y maravillosas”.
En una primera mirada, Patricio Burgos parece una persona completamente normal. Cuesta creer que tras su aspecto atlético, este laboratorista dental porte una prótesis por debajo de su rodilla derecha y que su especialidad sean los 21K. Hoy es parte del seleccionado nacional de velocismo paralímpico.
“Ya no soy una persona estándar”, bromea. “Mirarse por primera vez al espejo y saber que tu vida será así de ahora en adelante, es algo muy fuerte”, confiesa.
En 1996, un accidente dejó su pierna derecha gravemente herida y con una severa lesión en la columna. A contar de ese minuto, “comencé una lucha de 10 años, tanto a nivel físico como emocional”.
“Mi calidad de vida se deterioró rápidamente, pues vivía en hospitales, entre tratamientos y terapias”, nos cuenta. Atrás había quedado su pasado de velocista y de duros entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento (CAR).
Tras 10 años, y por recomendación de sus médicos, optó por la amputación de la sección dañada de su pierna. Lo que para muchos podría ser una experiencia traumática, para Patricio se trató de “la recuperación de mi independencia. Fue el salto a mi libertad. Un punto de quiebre en esta nueva etapa”.
Su pasión siempre fue el deporte, y “buscaría la manera de volver a practicarlo, de hacer lo que amaba”, por lo que se volcó a la búsqueda de la prótesis adecuada, que encontró en manos del ecuatoriano Miguel Espinoza.
“Fueron meses de duro trabajo para reunir el dinero”, pero una vez que pudo ocuparla, “sentí que flotaba, que iba directo hacia lo que quería para mi vida”.
Retornó a las corridas en un tímido 5K, llegando a hacer de los 21K, su especialidad. Por recomendación de su entrenador, hoy es parte del seleccionado nacional paralímpico, que lo tuvo como protagonistas en los Juegos Parasuramericanos Santiago 2014, realizados en marzo pasado.
“Es increíble como esta experiencia cambió mi vida. Es infinitamente satisfactorio poder dar y recibir cosas buenas de la gente”. Patricio da charlas motivacionales cuyo énfasis lo pone en la forma de enfrentar la vida: “la actitud te permite ver las cosas con altitud”, señala.
Actualmente entrena dos veces por semana en la pista atlética del Estadio Nacional, con miras al Mundial Paralímpico a realizarse en junio de 2015 en Toronto, Canadá.
Nada parece ser imposible para Patricio, quién con orgullo señala estar “en paz con la vida, pues me propuse salir adelante y romper con todas mis limitaciones. Así lo hice”.