Francesca Olate, Britany Baeza y Bárbara Montesinos, del Club Matato’a están a punto de convertir en realidad un sueño anhelado: ser parte del Seleccionado Nacional Femenino de Rugby Sub 18.
Cada lunes, miércoles y viernes, Francesca, Britany y Bárbara hacen un alto en sus quehaceres escolares para concentrarse y trabajar en lo que más les apasiona: el rugby. Ellas son jugadoras del club Matato’a de Peñalolén, semillero de talentos de este deporte en nuestra comuna.
Tras un proceso selectivo realizado por la Federación de Rugby de Chile (FERUCHI) en el Parque Mahuida de La Reina; las tres jugadoras, cuyas edades no sobrepasan los 17 años, han sido pre seleccionadas para integrar el representativo femenino nacional Sub 18. Un gran desafío a su corta edad.
“No me lo esperaba tan rápido”, señala Francesca Olate, quién sólo se incorporó al Club Matato’a en enero de este año. “Para toda mi familia fue una grata sorpresa, pues era un anhelo a largo plazo”, nos señala.
De izq a derecha: Bárbara Montesinos, Britany Baeza y Francesca Olate.
El proceso pre selectivo se ha dividido en tres etapas: zona norte, centro y sur. Las seleccionadas serán las mejores evaluadas luego de cumplida esta fase inicial. Se trata de un proceso inédito en Chile, cuyo objetivo es la detección y preparación temprana de talentos, a modo de asegurar un rendimiento al máximo de sus posibilidades durante su etapa deportiva adulta.
Britany Baeza se integró al club Matato’a en septiembre de 2016 y de inmediato “le tomé el gustito a la competición y al espíritu de superación implícito en el rugby”. Con apenas 17 años, y tras su pre selección, fue nominada para el Chile Rojo, equipo en donde quedan las jugadoras con mejor técnica y proyección.
En tanto, para Bárbara Montesinos, la más experimentada de las tres jugadoras, la nominación “fue una sorpresa, pero también el fruto de un trabajo realizado durante dos años intensos de entrenamiento. Estoy feliz”.
Estudios y rugby
Si bien, el rugby ocupa parte importante en la vida de estas peñalolinas, el haber sido pre seleccionadas también implica cumplir sus deberes en otro de los ámbitos claves para su formación: los estudios.
“El club nos exige cumplir tanto en los entrenamientos, como en los estudios”, nos cuenta Francesca, quién debe estudiar de manera previa, e incluso “debo llevarme las tareas a los campeonatos para poder cumplir bien”.
Bárbara Montesinos hoy cursa cuarto medio, con la especialidad de Técnico en Contabilidad, siendo todo un reto compatibilizar ambos mundos: “estudio los martes, jueves y los sábado, cuando no estoy entrenando en el club. Si no cumplimos en lo académico, repercutirá inevitablemente en nuestra nominación”.
Alfredo Villarroel, entrenador y formador del Club Matato’a Rugby es el encargado de enviar los informes, tanto de los entrenamientos como académico, a la federación, proceso que lleva el formador Cristián Isla. “Nuestro objetivo como club es formar tanto en lo valórico como en lo deportivo. Queremos formar personas íntegras, que merezcan vestir la camiseta nacional”, señala Villarroel.
El ser pre seleccionadas, trae junto con la satisfacción deportiva; el hacerse cargo de la responsabilidad que conlleva vestir la casaquilla nacional. “Debemos cuidar tanto nuestra alimentación, como lo que escribimos en redes sociales. Somos parte de lo que la marca Chile representa en el rugby”, comenta Francesca Olate.
“Las jugadoras pasan a convertirse en un ejemplo para sus pares, tanto en lo deportivo, como en lo valórico”, indica Villarroel. En este punto, los valores implícitos en el rugby, como el respeto al rival, o la ausencia de groserías en cancha, son claves para que este trabajo tenga frutos y se extrapolen a su vida cotidiana.
“Antes de pertenecer a Matato’a me costaba escuchar. El rugby me ha enseñado a respetar el espacio ajeno, a oír lo que los otros tienen que decir. Hoy soy una persona más educada gracias a este deporte”, señala Bárbara Montesinos.
Felicitaciones a estas tres grandes peñalolinas, que dan cuenta del talento deportivos existente en nuestra comuna. Asimismo, al trabajo formador del Club Matato’a Rugby, cuya labor es fundamental para dar vitrina a nuestras futuras campeonas.